¿Por qué nos gusta ir a Miniso y a veces ni comprar nada?

Sobre ir a Miniso a «ver que hay«. La popular tienda japonesa de bajos costos y productos varios.

En la plaza, el supermercado e incluso a plena calle concurrida, Miniso está en todos lados.

La cadena de tiendas fue fundada en 2013 y desde entonces logró extenderse por todo el territorio asiático, pero no fue sino hasta 2019 que decidió incursionar en el «exterior», y lo hizo únicamente en México (puntualmente Galerías Coapa).

Desde entonces ha sido tal la popularidad de Miniso que en menos de tres años se afianzó como tienda «de cajón» en cada plaza de la CDMX, así como también se ganó un lugar en el corazón de todos.
En palabras de la propia cadena:

«Las expectativas han sido superadas, en menos de 3 años abrimos más de 120 tiendas, hemos ocupado más de el 50% del territorio nacional y aún seguimos en constante expansión».

Pero ¿Cómo una tienda puede ganar tanto terreno de la nada? ¿Por qué a todos nos gusta?

Ambientación

Miniso crea una atmósfera de tranquilidad inexorable. Nada puede romper el trance una vez que pisas la tienda. La luz blanca, ausencia de olores, y los productos de tonalidades pastel, no hacen más que ensalzar el sentimiento de apacibilidad y relajación.

Dejamos atrás las tiendas departamentales sepia para dar paso a un establecimiento con estética minimalista (a pesar de estar abarrotado de objetos). Nos gusta el lugar porque es amable con nuestros sentidos: nuestra vista no se contamina con un montón de anuncios de colores o stands caóticos, sino con pisos y paredes blancas, repisas de madera y una variedad apabullante de peluches con colores armónicos.

Nos dicen «¡Konnichiwaaaa!»

Al principio parece algo innecesario y burdo, pero el día que regreses y te toque un empleado de mal humor que te diga «Hola, buenas tardes«, notarás la falta que te hace.

Esta clase de jugarretas obedecen un esfuerzo de las franquicias por formar una identidad; se sabe, pero nadie más lo hace tan bien. Miniso abraza su procedencia y sabe que es un recurso digno de aprovechar en un territorio occidental tan alejado de la cultura asiática. Cada que escuchas el saludo sabes que entraste a «esa» tienda, y no otra.

Es como cuando Jim le da a Dwight un dulce cada que reproduce el sonido de inicio de Windows.
Hoy no podemos ir a Miniso sin esperar «¡Konnichiwa!», pero tampoco podemos escucharlo sin pensar en Miniso.

Propiedades intelectuales

Las franquicias con las que tiene convenio Miniso son justamente las adecuadas para mantener su enfoque y estética. «Hora de Aventura«, «We Bare Bears«, «Marvel» (caricaturesco) y toda clase de animalitos tiernos, nos rodean al instante que cruzamos el umbral. Nadie podría estar de mal humor ante un millón de pinguinos y jirafas mirándote a la expectativa de ser adoptadas, y no habrá rincón de la tienda que no sea suave como una nube.

Es un espacio lleno de indumentaria de tus personajes favoritos para predicar a gritos tu gusto por ellos. Es «tu lugar feliz».

Música no tan molesta

En últimos meses han comenzado a poner canciones méxico-poperas de los 90s, pero hasta donde he visto, es lo más que les dejan estirar la liga.

No se trata de gustos. Llegar a un establecimiento a ver peluches con Bad Bunny gritando a todo pulmón las perversiones que quiere hacerle a una buchona hipotética no tiene sentido alguno. Miniso lo sabe, y prefiere poner música pop oriental que, como decía Chris Cornell «no te recuerda nada» idealmente, a fin de acaparar esa emoción.

No te sentirás ni en un elevador ni en la fiesta de tu amigo el cholo. Sentirás que estás en Miniso.

Así mismo, la variedad y calidad de productos es por lo menos destacable. Por módicos precios puedes comprar artilugios como los que venden en el metro, pero que te durarán treinta veces más.

Cierto, unos audífonos cuestan 100 pesos en lugar de 20, pero te aseguro que se van a escuchar infinitamente mejor y durarán una eternidad. Todo lo que he comprado aquí sigue funcionando tres años después, mientras que todo lo que compré en Wish ya ha pasado a mejor vida, aunque me sacó de varios apuros.

Nada nos gusta más en una tienda que encontrar DE TODO, y Miniso lo tiene. Dejemos que crezca unos años y no tendremos que comprar baratijas en línea otra vez ¡Y nos ahorraremos el envío!

¿Por qué nos gusta ir a Miniso y a veces ni comprar nada?

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