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Cómo Smallville formó una identidad a través de la música

Sobre la excesiva oferta de series de superhéroes ya se ha hablado por aquí. A nadie sorprende que, entre cincuenta opciones, haya uno que otro clon cínico. La lucha actual, más que por conseguir espectadores, es por forjar una identidad y distinguirse entre el montón. Qué curioso que a pesar del tiempo y los cambios socio-culturales, Smallville siga teniendo ese «algo» de lo que los demás carecen.

Una serie de hace más de veinte años tiene mayor vigencia, fandom, y elementos identificables que muchas de las nuevas propuestas de todo el mundo. Aún con diez temporadas, y tan repetitivo como se pudo volver, hay momentos que jamás se nos olvidarán, y no es una coincidencia que todos estén acompañados de una canción cursi de los tempranos dos-miles.

Con bandas que rayaban en lo indie, romance relatable de jóvenes adultos y el incomprendimiento de un protagonista que debe sacrificar su vida personal por ayudar a los demás, tuvimos una serie icónica cuyo intro podemos reproducir muteado e igualmente gritar a todo pulmón «Somebody Save Me» (el «sombari seimi», para los cuates).

La música que te parece nostálgica aunque nunca la hayas escuchado

Ritmo apacible, los cuatro acordes, melodía melancólica y letra cursi pero no empalagosa, son solo algunos de los elementos que definen la música empleada en esta y muchas otras series de los tempranos dos-miles y tardíos noventas. «Dawson’s Creek«, «One Tree Hill«, «The O.C.«, «Doctor House«, «Gilmore Girls» e incluso «The Vampire Diaries» a pesar de ser mucho más tardía y usarlo mucho menos, lograron enfrascar esa emoción y evocarla a través de su estética y personajes en cada ocasión que sintonizaras.

Es debido a la reiteración de canciones similares que podemos escuchar algo como «The Wallflowers – One Headlight» por primera vez y jurar que ya se había cruzado por nuestro camino antes, y hasta señalar culpables: «Creo que la pusieron en Smallville…» ¿Verdad?

Estas canciones nos parecen tan entrañables por obedecer reglas de armonía básicas. La mayoría están basadas en «Los cuatro acordes«, una suerte de fórmula mágica que se utiliza mucho en música popular.
Más que poder apuntar «es Re, La, Si, y Sol» (como en los ejemplos más célebres), se trata de una sucesión de acordes: I, V, Vi, IV, comúnmente en Re Mayor.

¿Qué significa esto? No hace falta entenderlo todo, quizá en otra ocasión, simplemente nos habla de una sucesión agradable y armónica con tintes de melancolía, crecimiento épico, explosión y conclusión satisfactoria en ese orden.

La música se sigue haciendo con los cuatro acordes, igual que siempre, pero el estilo de los tempranos dos-miles es muy particular, enfatizando la nostalgia. Esto, acompañado de momentos emocionantes (y emocionales), aún si los vivimos a través de una pantalla, tienden a grabarse en nuestras mentes.

Los recuerdos musicales son los más duraderos

Según un estudio del Instituto Max Planck de Neurociencia y Cognición Humana de Leipzig (Alemania), los pacientes con Alzheimer, incluso en etapas avanzadas de la enfermedad, pueden haber olvidado nombres propios y ajenos, y conservar fuertes recuerdos musicales que les permiten cantar o tararear canciones que estaban en boga durante su juventud.

«Muchos enfermos no saben ni su nombre pero reconocen las canciones que les emocionaron».

Según se creía, nuestra memoria auditiva se almacenaba en el lóbulo temporal, una de las primeras zonas en ser afectada por el Alzheimer. Ahora, los médicos de este estudio parecen estar seguros de que no es así, sino que con ciertas zonas experimentamos la música y con otras la memorizamos.

«Al menos, los aspectos cruciales de la memoria musical son procesados en áreas cerebrales que no son las que habitualmente se asocian con la memoria episódica, la semántica o la autobiográfica».

Esto significa que los pacientes efectivamente pueden olvidar aspectos esenciales de su identidad sin que la letra de alguna canción esté en riesgo, y es por ello que la música ha sido usada en el «tratamiento» contra la enfermedad.

Pero ¿Qué pasaría si, como en Smallville, los sucesos más importantes de nuestras vidas estuvieran acompañados con una canción de fondo? ¿Su recuerdo duraría más?

«Los recuerdos que más perduran son los ligados a una vivencia emocional intensa, y la música está muy unida a las emociones»

*Profundiza en este artículo aquí.

¿Vivir para contarla?

No es la primera vez que se sugiere que vivir a través de los ojos de alguien más (o la televisión en este caso) tiende a confundir nuestro cerebro. Ya desde El Gran Gatsby (novela) se nos plantea cómo el protagonista se auto-lavaba el cerebro, simplemente imaginando vívidamente sucesos inventados para que se grabaran en sus recuerdos.

Parafraseando a Scott Fitzgerald: «Los recuerdos no son más que imágenes almacenadas en nuestra mente, el cómo llegaron ahí no es importante».

Entonces, ese momento en el que veíamos el logo de Smallville en nuestra televisión de 70 kg, o en el que Clark miraba las estrellas con resignación, o Lana ponía un enésimo ultimátum, o un tipo común descubría sus poderes, o Clark y Lana bailaban por fin juntos en la fiesta de graduación, aún si no son nuestras vivencias, las experimentamos casi como tales, y si a eso le agregamos el poder de la música, tenemos la percepción generalizada actual hacia esta serie.

¿Cómo replicarlo? ¿Por qué ya no se hace?

El estilo dos-milero y noventero se quedó atrás. Algunos programas quizá lo tachan de obvio o cursi, y dado que vivimos en una época donde se le da especial atención al realismo y la seriedad, es de esperar que se mantenga al mínimo este recurso.

Pero «Guardians of the Galaxy» lo hizo y fue todo un éxito. «The Boys» a veces lo hace y con el poco tiempo que lleva de vida ya podemos recordar «Dream On» de una manera diferente. «The Mandalorian«, con una pequeña melodía ya nos transporta a Tatooine. «Peacemaker» y su intro no nos dejarán escuchar jamás «Do Ya Wanna Taste It» sin pensar en una coreografía sosa.

Hay una posibilidad de adaptar el estilo de Smallville con el actual, y será cuestión de tiempo para que la moda regrese, solo hay que esperar.
Mientras, las series de esa época pueden presumir de un poder de evocación sentimental sin par, y gozar de un fandom sospechosamente activo, considerando su antigüedad.

Espera próximamente una lista con los mejores momentos musicales de Smallville, aquí mismo.

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