Lleva 33 años «estudiando» sin graduarse y ha reprobado 200 materias

La historia de Max Mendoza, el líder estudiantil de Bolivia que lleva 33 años estudiando, no ha podido graduarse, y sin embargo vive de los programas de apoyo.

Desde 1989. Una de las trayectorias universitarias más largas de las que haya registro. Max Mendoza, actual estudiante de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) de Cochabamba, Bolivia ya es investigado por las autoridades de su país tras revelarse cómo ha transformado las ayudas económicas de programas estudiantiles en su propio salario.

El joven de 52 años consiguió hacerse con el cargo de presidente de la Confederación Universitaria Boliviana (CUB) y no ha podido graduarse en ninguna carrera.

Max cobra al rededor de 60 mil pesos mexicanos

La autoridades de Bolivia ya han demandado al estudiante y le investigan por cargos criminales. El diputado del partido Movimiento al Social1smo presentó la denuncia y espera su pronta resolución.

Enriquecimiento ilícito, peculado y conducta anti-económica son algunos de los cargos presentados contra Max, debido a que vive a costa del estado y tiene un historial académico por demás absurdo.

200 materias reprobadas y múltiples cambios de carrera.

Se ha destacado que, durante todos sus años como alumno, Max no solo no ha podido graduarse sino que además ha suspendido al rededor de 200 materias, 100 de estas debido a inasistencia. Además, el estudiante ha cambiado de programa tanto como ha podido para gozar de los privilegios que ello supone.

El propio diputado denunciante afirma que «ser líder estudiantil es un excelente negocio» y por esto Max no ha querido graduarse. Lo preocupante es que esta investigación ha revelado que no es el único viviendo de apoyos, y se conmina a las universidades a tomar cartas en el asunto.

Los fósiles en México

Por su edad y permanente presencia en las escuelas, estos personajes se han ganado el mote de «fósiles«.

En los últimos casi veinte años (desde 2005), la UNAM ha reducido en un 86% el número de alumnos rezagados mediante reformas oportunas. El «nuevo» plan de 1997 estableció un máximo de (prácticamente) ocho años para todos los programas, contrario al tiempo ilimitado anterior.

Nada menos que un millón de personas seguían «estudiando» más allá de la duración de sus carreras, y el 10% se mantenía activo.

No cabe duda que el ejemplo de este país acarreó muchos problemas a la universidad, y la inmensa mayoría de «fósiles» repudiaron sus acciones, pero esta decisión los ha librado de mal-intencionados como Max, que pretendían disfrutar de todos los beneficios de ser estudiante, sin serlo realmente.

Cuando estés intranquilo por reprobar Matemáticas 1, acuérdate de la historia de Max y despreocúpate… o preocúpate aún más. Depende cómo lo veas.

Lleva 33 años «estudiando» sin graduarse y ha reprobado 200 materias

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