Outer Banks Temporadas 1 y 2 (Reseña/Opinión) | Esta sí me gustó
Hice un pequeño maratón de las dos primeras temporadas de Outer Banks y esta es su reseña fresca con tintes de opinión.
Una serie más con la premisa que tanto le gusta a Netflix: «Un grupo de jóvenes descubren un misterio en el pueblo y deberán enfrentarse a él mientras aprenden a controlar sus superpoderes ¿Cómo? ¿No es de superhéroes? ¡Ya era hora!
Outer Banks no es otra «de esas» series para «chavos»…
A ver, sí tiene romance y protagonistas adolescentes (de 25 años, para no perder la costumbre) y claro que emite una vibra capaz de atrapar al público en desarrollo, pero el argumento es verdaderamente interesante y, con apenas diez capítulos por temporada, no se vuelve viejo ni se exprime hasta el hartazgo.
Casi en todo momento la serie se mantiene con los pies en la tierra y da prioridad al realismo, desarrollando su propuesta como es debido y brindando una identidad a los personajes. Las interacciones no parecen planeadas por robots, no se enrolan todos con todos y no hay peleas en los pasillos de la preparatoria ni bullying de fantasía.
Cuando sí se quiere contar algo
Sí existe una trama general, y esto ya es mucho decir.
¿Cuántas series de hoy en día tratan sobre nada? ¿Cuántas simplemente se limitan a definir personajes para meterlos en situaciones en las que podría estar cualquier otro? Pues Outer Banks es una excepción.
El «misterio» que enfrentan raya en la fantasía, pero jamás cruza la línea, y hemos visto otros materiales como Indiana Jones que jamás cuestionaríamos aunque tengan las mismas bases. Es una propuesta cautivadora que da la casualidad de tener partícipes jóvenes, nada más.
Por fortuna para todos, de hecho, Outer Banks se ambienta en «vacaciones», por lo que solo vemos una escuela esporádicamente. No hay peleítas de pasillo ni problemáticas de GCU (Gente Como Uno).
Excelente ambientación
La música ejemplar y la escenografía de la serie conforman una experiencia agradable y relajante como de Summer Surf Chill Mix (nombre genérico pero real). El pequeño pueblo es un mundo complejo en sí mismo y cada personaje tiene algo que aportar, con una sub-trama detrás que los enriquece. Al cabo de pocos episodios, los cimientos ya están sólidos y puedes empatizar con las problemáticas de cada uno.
Además, si fuera poco, las actuaciones son ideales. El grupo principal lo conforman amigos de verdad y con características reales, no son «el tipo rudo», «el tipo tímido» y «la damisela en apuros», sino que cuentan con una profundidad al menos perceptible. Hasta los «villanos» caen bien y puedes comprenderlos, no se va por el camino de «el bully» o «el mafioso».
Breve y con sustancia
Dale una oportunidad a Outer Banks. La calidad de esta serie dista mucho de otros shows de jóvenes, y no te hará perder el tiempo con capítulos de relleno o tramas sin importancia.
Casi spoiler: Si algo puedo reclamarle, eso sí, es cómo para la segunda mitad de la segunda temporada el argumento que se iba construyendo se abandonó sin razón aparente, dando paso ahora sí, a algunas inconsistencias y escenarios demasiado imaginativos. No obstante, asumo que se retomará todo para la siguiente entrega y nos explicarán qué demonios tuvo que ver aquello.
Es una sensación agridulce pensar que la serie pudo concluir en la temporada 1.5 y habría sido perfecta, pero muy corta. Todos nos habríamos quedado con ganas de un poco más, y eso es lo que eventualmente lleva a la perdición a las franquicias, que se inventan lo que pueden para seguir sacando su producto al mercado mientras haya demanda.
No puedo decir que «ya no me gustó» porque es muy pronto, pero en definitiva no tengo idea de hacia dónde va ahora, y nunca es buena señal. Pero indudablemente la veré ¿verdad?
Como sea, está ahora mismo en Netflix y parece que se quedará ahí. Sigue siendo un programa que vale la pena, con emoción y risas al por mayor, así que más vale que no te lo pierdas.
Outer Banks Temporadas 1 y 2 (Reseña/Opinión) | Esta sí me gustó
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