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El día que esta Power Bank se derritió y reventó en mi mochila

Una breve anécdota sobre una Power Bank que podría traerte más problemas de los que quieres que solucione.

Aquí en Es la tendencia solemos mantener una dinámica impersonal. No firmamos los artículos ni hablamos tanto de nosotros como en otros blogs de nuestro «catálogo», pero de vez en cuando nos da por registrar nuestras propias experiencias por si a algún otro ser humano pueden resultar de utilidad.

Mientras me daba una vuelta por Internet para literalmente elegir sobre qué escribir, vi uno de esos posts/anuncios sobre una Power Bank de 20,000 mAh y pensé «Es muchísimo ¿Pues qué van a hacer? ¿Van a alimentar la armadura del jefe maestro con ella?» Y tras dos milisegundos de imaginar lo delicado que sería traer un artículo así contigo, vino a mi memoria…

Era quizá 2016, cuando todavía podíamos salir a la calle y andar de un lado a otro sin temor a microorganismos flotantes…

La vieja y confiable compra citadina

Me gusta comprar en el metro. Muchos van a decir que soy parcialmente culpable de la proliferación de «vagoneros», pero estoy bastante seguro de que existirían sin importar nada. Aquí en México tenemos una plaga en el transporte público que consiste en decenas de malandros vendiendo productos basura a precios simbólicos; algunos se suben a los camiones (mayormente para ofrecer comestibles) y otros al metro o subterráneo (aquí hay de todo).

Libros, pomadas maravillosas, gadgets y discos de música con recopilaciones terribles, en el metro de la Ciudad de México puedes encontrar TODO. No solo dentro de los trenes, sino también en la periferia.

No se supone que cada estación de metro tenga una órbita de comerciantes y se haya convertido en un mercado, pero así es, y particularmente Taxqueña (mi preferida) cuenta con una variedad de productos apabullante. Depende de la zona que frecuentes: Toreo, Pantitlán, Tacubaya o Neza son las mecas donde se distribuye todo el material al resto del territorio mexicano.

Así pues, la Power Bank en cuestión la compré en la periferia de Taxqueña, al igual que un montón de artículos «cotorros» que aún conservo. El modelo es justamente el de las fotografías (en verde claro), y no puedo mostrarte cómo quedó la mía porque literalmente la tiré al momento de fallar.

«BRobotix» o «NQS», los sitios web donde la encontré no se ponen de acuerdo en cuál es la marca. Como sea, evítala.

Todo bien durante un tiempo

La batería funcionaba tan bien como uno esperaría que algo del metro con un valor de 50 pesos lo hiciera.
Mi celular desfallece al cabo de un par de horas, y tras tener varias clases mu3rtas en la universidad (el pan de cada día), contar con un refuerzo me sacaba de apuros.

Así pues, la utilicé unas diez veces. Procuraba dejar cargando el móvil sin usarlo (para no sobre-calentarla) y vamos, no la golpeaba ni la profanaba de ninguna manera.

No sirve de mucho, y «2,600 mAh» te puedo JURAR que no tiene, pero nunca está de más. Había sido una «buena compra»…

Un día no pudo más

Y es comprensible ¿no? Hay ocasiones en las que una compra del metro puede durar diez años y otras tan solo dos semanas… estamos acostumbrados. Los gadgets de aquí se intentan reparar y se tiran a la basura si no se puede, pero algunos no se van sin pelea.

Ocurrió, de hecho, en uno de esos días en los que no la utilicé. Recurría a ella una vez por semana quizá, así que no fue por uso. Mi celular sí tiende a calentar de más los cargadores y por ende las baterías, pero NO LA USÉ ese día ni anteriores. Iba en mi mochila y debajo del sol, sí, pero al igual que todas las otras ocasiones, y no me digan que ustedes llevan su Power Bank en una hielera.

Por ahí caminaba yo, pensando en mis asuntos y sin meterme con nadie, cuando escuché una explosión en mi mochila. Se me ha llamado exagerado (incluso yo lo creía), pero por algo fue que la revisé al instante ¿verdad?
Quizá de vez en cuando escuches tus llaves o (si eres de esos) envases de cerveza vacíos, pero algo así es inconfundible.

Abrí el cierre delantero y salió humo, asomé la cabeza y pude ver plástico derretido. Lo supe de inmediato. Era la porquería esa que había comprado por ahorrarme cien pesos.

El resultado

Un hombre en Singapur que acabó en el hospital. La mía quedó más o menos así.

La Power Bank se calentó tanto que comenzó a derretirse, y en algún punto reventó, dejando un gran agujero en su centro, justo a lado de la «marca». Cuando metí la mano para sacarla y evitar que siguiera quemando mi mochila (le dejó un hoyo también), obviamente me quemé. Cayó al suelo, y ante la innegable verdad de que se trataba de la culpable, le di una patada como golpe final.

Recogí mi «basura china» como dirían por ahí, la deposité en algún lugar y seguí con mi travesía.

«Lo barato sale caro» dicen los que saben. Y aunque no fue el caso, no puedo más que preguntarme cuál señora de familia que no soy ¿Y si se seguía derritiendo en mi casa, sin que hubiera nadie? ¿Y si la hubiera estado sosteniendo? ¿Y si me la pedía una señora embarazada en sus últimos momentos para tomarse fotografías con el Papa y ambos resultaban heridos?

No la compres

Lo dicho. Gasta un poco más en una Power Bank decente de marca reconocida. No puedo hablar mal de otros productos del metro, pero sí puedo decirte con toda seguridad que estas porquerías son un riesgo. No encontré muchas fotografías de estas baterías derretidas, lo cual me parece sumamente sospechoso, pero cualquiera con dos dedos de frente diría que lo mío (y lo del chico en el hospital) no fue un caso aislado.

Las venden en Amazon, Llaveros pro, USB Stock, DH Gate, y muchos, pero MUCHOS otros sitios, así como en tiendas físicas de baratijas.

No hice un mal uso de ella, no estaba en condiciones extraordinarias, funcionaba correctamente, no fue por una imprudencia. Las «empresas» siempre se escudan diciendo que no debes dejar aparatos sobre la cama o exponerlos a, no sé, más de quince grados centígrados… vaya broma. No creo que sea mucho pedir el llevar algo en el bolsillo sin que inicie una combustión catastrófica ¿verdad?
NO LA COMPRES. No entiendo cómo puede seguir esto en el «mercado».

Si tuviste una experiencia similar, no dudes en dejar constancia de ello aquí o en cualquier otra parte. A ver si logramos que algún día estos estafadores dejen de salirse con la suya.

El día que esta Power Bank se derritió y reventó en mi mochila

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