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Star Wars: La escena que ridiculizó a los Stormtroopers para siempre

Damos un breve vistazo a los orígenes de Star Wars en un intento por reivindicar a los Stormtroopers tras varias décadas de ridiculización.

La proliferación de material derivado de la saga de George Lucas ha hecho más que evidente las carencias inherentes al universo que tanto alabamos. Cuando cada dos años teníamos solo una cinta nueva, nadie podía ver más allá de su nariz debido a la emoción de revivir aquello que añoraba, pero hoy en día todo ha cambiado. Diez series de televisión, unas quince películas, cientos de cómics y varias decenas de libros sobre Star Wars han aumentado exponencialmente nuestro escrutinio, y acaban por levantar algunas piedras que permanecieron inamovibles por décadas.

Tal es el caso de esa ancestral ridiculización de los soldados del imperio y cómo estos sencillamente son incapaces de dar en el blanco debido más a una necesidad argumental que al realismo.

The Mandalorian llegó como un rayo de esperanza en el momento de la saga en el que más se necesitaba, y aunque nadie puede negar la pulcritud de este material, también es evidente que heredó los problemas medulares de sus ancestros. Si ya de por sí estábamos caricaturizando de más a los Stormtroopers, el ver el mismo chiste de siempre en una serie tan superior se nos metió bajo la piel.

Armadura argumental

El fenómeno nos es por demás familiar. Nadie espera que nuestros héroes como Han Solo, James Bond, Jack Sparrow u Homero Simpson acaben acribillados por el puro gusto de «mantener realismo», pero tampoco hay que pasarse.

No es por tirar más tierra a Disney que las toneladas que le han caído en tiempos recientes. No es un problema nuevo, pero reitero, habiendo más material, los clichés y las fórmulas que siempre se han utilizado en la franquicia acaban por ser más reiterativos y evidentes.

La falta de precisión de los Stormtroopers pasó por un largo proceso desde su gestación: como consecuencia de la «armadura argumental» hasta convertirse en la causa. En otras palabras, hoy en día la historia es capaz de desarrollarse gracias a esta característica risible, y no paran de usarle como recurso.

Que a los personajes de apoyo en The Mandalorian no les den ni un disparo, mientras a Mando (por tener su super-duper-armadura) lo abrumen con ráfagas precisas, es simplemente insultante.
Que sí hombre, que sí, que da igual porque el Beskar es impenetrable, pero acaba por flanderizar hasta las escenas de acción. Si Mando anda por ahí intocable cual dios bajado del Olimpo no se puede crear tensión dramática de ninguna manera, y los antagonistas terminan por convertirse en poco más que una decoración.

El origen de todo

De esto nos habla Vito en su video: How Disney RUINED Stormtroopers. No creo que tengamos que culpar de lleno al Señor Mickey, pero tampoco se han empecinado en corregir el problema.

El ahora llamado «Episodio IV: Una nueva esperanza» sentó las bases para toda la saga, e incluso el propio George Lucas replicó los elementos aquí mostrados como si se tratara de un concurso para ver quién lanza más películas sin idear nada de nuevo. Los episodios cinco y seis son calcas de la primera película, mientras las «precuelas» y «secuelas» intentan llevar a nuevas proporciones las fórmulas, pero sin innovación alguna.

Entonces el verdadero problema de caricaturización de Stormtroopers reside aquí.

Desmenuzando

El primer acercamiento con los soldados del imperio es aquella escena en la que borran a la resistencia de todo un crucero y secuestran a la Leia, cabecilla de la rebelión. Los disparos de estos personajes son certeros, y entran como una fuerza de élite, con pérdidas despreciables.
Poco después vemos cómo desalmadamente quemaron la casa de Luke, con sus tíos en ella, oscureciendo un ápice el tono de la película.
Al cabo de un rato estos elementos montan una fuerte vigilancia en Tatooine, mientras nuestros héroes los eluden con trucos mentales para no tener que enfrentarse abiertamente.

En todo este primer acto hay un enemigo tácito. Los Stormtroopers realmente infunden miedo en los locales. Uno solo de estos puede representar un problema para cualquiera.

Es hasta la estrella de la mu3rte que comienza todo a torcerse, porque cuando Luke y Han tienen en su poder a la princesa, pueden escapar fácilmente de toda la fuerza del imperio. Vemos a Luke parado como tronco en medio del andén desbaratando las líneas de soldados sin recibir un tiro. Los Stormtroopers disparan una infinidad de veces sin dar en el blanco. Pareciera que sus blásters están amañados.

Y aquí Leia dice el diálogo más desestimado de toda la saga:

Nos dejaron escapar. Es la única explicación para la facilidad de nuestra huida.

¡Y tiene razón! ¡El imperio dejó escapar a Leia para que, con sus esbirros, acabaran guiándolos a la sede de los rebeldes!

¡¿Y entonces?!

¿Por qué de aquí en adelante los Stormtroopers no se reivindicaron?

Es comprensible por qué replicaron el fenómeno en futuras cintas, pues al fin y al cabo estaban imitando el material original en su totalidad, y un poco de alivio cómico siempre queda bien: «ah mira, no pueden apuntar ja, ja, qué gracioso».

Pero ¿Cómo es que han pasado tantos años y se sigue haciendo uso de este recurso? Vemos de vez en cuando a una tal Capitana Phasma supuestamente superior al resto de soldados solo para tirarla por la borda. Tenemos grandes momentos en Clone Wars que inmortalizaron a algunos de sus personajes. Sí se podía ¿no?
Pero llega The Mandalorian y en vez de explorar un poco la psicología de personajes y profundizar a los enemigos de Mando, se decide convertirlos de nuevo en poco más que utilería.

Basta ya. No pueden tener cabezas tan vacías. Se tiene que hacer algo al respecto, o la saga no podrá mantenerse en pie mucho más (si acaso lo hace). Esto es la oda al conformismo y la mediocridad, y ha dejado de ser gracioso prácticamente para todos.

Sí, se supone que es contenido para niños, pero es sabido que a estos ya no puede darles más igual la saga Star Wars. El público general son balagardos de edad avanzada, entonces…

¿Por qué no se puede tener una película adulta? ¿Por qué meter a Jar Jar pisando excremento para hacer reír a los pequeños? ¿Por qué se asume que un pequeño no puede quedarse callado veinte minutos sin hacerlo reír con tonterías? ¡Si se sigue normalizando el alivio cómico insulso todos vamos a acabar en el mismo costal!

El por qué no se ha corregido en casi cuarenta años este recurso utilizado como medio narrativo de una sola vez, es un misterio. Parece encantar a los desarrolladores. Es una forma obtusa de «no pensarle» más allá; pero aquí seguimos para celebrarles sus tonterías.

No hay de otra.

Star Wars: La escena que ridiculizó a los Stormtroopers para siempre

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