¿Por qué los meseros de «La Casa de Toño» siempre tienen prisa?
Una duda razonable sobre el restaurante mexicano que se ha vuelto tan popular en los últimos años.
Ya sea en Google Maps, Tripadvisor o Foursquare (si es que alguien se mete a este sitio), las reseñas de «La Casa de Toño» dirán más o menos lo mismo.
«Siempre tienen prisa», «Se la pasan corriendo» y «Van esquivando todo», son solo algunos de los comentarios que puedes encontrar a la brevedad en cualquiera de los sitios web mencionados. En definitiva no es algo que pase desapercibido para nadie. Si has asistido a alguna sucursal es probable que lo notaras tú mismo y te preguntaras «¿Pero qué pasa?».
Los memes se han encargado de popularizar esta característica, pero no es una exageración en absoluto. Podemos señalar el esquema de trabajo de nuestro país como el culpable, pero si esto fuera tan simple ¿Por qué los otros restaurantes son tan distintos?
Sobre la competencia
Para comprender mejor a «La Casa de Toño» es importante poner en contraste su servicio con el de sus «similares».
¿Han ido alguna vez a «El Portón«? Es uno de esos restaurantes de comida mexicana con precios inflados que cada vez tienen menos sucursales. Si asistías en un día cualquiera con pocos comensales, es posible que tu comida se tardara unos veinte minutos (al menos), pero si tenías la desgracia de pisar su local en fin de semana o días festivos seguramente te encontrarías con filas de dos horas y te demorarían otra más en llevarte un simple vaso con agua.
Aunado a ello, para todos es frustrante estar esperando tu comida y ver a las meseras cuchicheando sobre Gabriel Soto en una esquina, sin mover un dedo para agilizar el servicio (la intención es lo que vale, supongo).
«El Portón«, «VIPS«, «Los Bisquets Bisquets Obregón» y otras franquicias más se consideran «competencia» de «La Casa de Toño», pero todas ellas son la lentitud personificada, y los precios son exorbitantes (aún más).
El tiempo contado
«La Casa de Toño» tiene un estándar de tan solo siete minutos para su servicio. Desde que entras al lugar comienza a correr el tiempo, y probablemente no podrás ni ver el menú con detenimiento.
Según el mismo restaurante a través de Chilango, cada persona o familia en la fila de entrada tardará un minuto en entrar, por lo que si eres el lugar 20 en lista de espera, tardarás solo 20 minutos en sentarte. Así mismo, te llevará siete minutos tener tu comida en frente (lo mismo que se tarda la masa en preparar), y estarás en el local un aproximado de 30-40 minutos.
Todas estas cifras están calculadas a la perfección para garantizar un servicio hasta a 2,500 personas al día. La logística detrás de esta cadena les permite transportar la comida desde su sucursal de Clavería a todas las demás durante la madrugada, garantizando un estándar idéntico en ellas.
Todo esto quiere decir que se trata de un mecanismo perfectamente calibrado para sacar todo el provecho posible. Así McDonalds llegó a la cima ¿Se acuerdan de «Hambre de Poder«?
Hay que agilizar, maestro
Los meseros de «La Casa de Toño» tienen tanta prisa porque deben cumplir los tiempos sin fallo alguno. Cualquier retraso se traduciría en, por ejemplo, personas «comiendo» durante dos o tres horas incluyendo sobremesa, filas de varias horas con clientes perdidos, e incluso un excedente de comida que terminaría en la basura.
Si en cuanto entras te piden la orden, ves a todos corriendo y escuchas un «zafarrancho», es muy probable que incluso te apresures a comer subconscientemente.
Si andar a las prisas representa una impresión positiva o negativa sobre el cliente no es muy claro. La mayoría de las reseñas que se quejan al respecto hablan al menos neutralmente de su comida, y basándonos tan solo en lo que podemos ver, no les hacen falta consumidores.
A unos les gusta:
A otros no tanto:
Eso sí, «La Casa de Toño» se distingue por un «intenso programa de capacitación» en el que probablemente pongan a los futuros empleados a saltar vallas o perseguir gallos, y nadie creería que de no cumplir con los objetivos se les den mil oportunidades antes de reemplazarlos, pero de eso no podemos estar seguros ¿o sí?
Ah, qué ganas de ir otra vez a que me estén correteando y me cobren una gota de crema en lo que cuesta un litro. <3
¿Por qué los meseros de «La Casa de Toño» siempre tienen prisa?
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