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Nacho Varga y el arte de hacer personajes secundarios (Better Call Saul)

Una reflexión sobre Nacho Varga en Better Call Saul y cómo los grandes personajes secundarios son capaces de cargar en su espalda con una serie completa.

El spin-off de Saul Goodman está por llegar a su fin y aquí en «Es la tendencia» -aparentemente- vamos a seguir analizando todos los detalles al respecto.

El universo de Breaking Bad será recordado por siempre como una guía para «hacer bien las cosas». Con una historia cautivadora, un ritmo excepcional, construcción de personajes extraordinaria y, por supuesto, una producción de primer nivel, estas dos series de televisión han atrapado a millones de personas en aventuras complejas, divertidas y dinámicas que no pueden experimentarse en otra parte.

Y aunque los puntos a favor son innumerables, la intención de este artículo es desmenuzar uno en particular: la importancia de los personajes secundarios, y cómo lograron un desarrollo ejemplar.

Una serie basada en personajes de apoyo

Si alguna vez tuviste la oportunidad de ver Breaking Bad y poco después descubriste la existencia de Better Call Saul seguramente no pudiste evitar levantar una ceja:

¿Un programa enfocado en el abogado de Walter White con breves y esporádicas apariciones? ¿Qué tanto hay que contar ahí?

Y qué grata sorpresa es el resultado final. Sin necesidad de cameos espectaculares o referencias re-iterativas a la serie original, Better Call Saul forjó una identidad propia, y nos hizo conectar con todo tipo de personajes que se habían mantenido al margen pero formaron parte esencial del argumento.

Mike Ehrmantraut, Gus Fring y Jimmy son secundarios en el material original. No hay que olvidarlo. Son un apoyo para que la historia fluya de manera más dinámica, y aunque sin ellos hay muchas cosas que pasarían de maneras distintas, no son medulares en la trama, aunque así lo quisiéramos.

La magia de este programa se hace manifiesta cuando se vuelve tan interesante que ni siquiera recordamos estar viendo un spin-off. Esto es simplemente extraordinario.

Un proyecto sui géneris

Teniendo en cuenta que los similares a Better Call Saul son «The Flash«, «Xena» y «Joey» de Friends (que no vio ni Dios), no podemos más que preguntarnos ¿Qué es lo que hace tan bien?

Es cierto, hay otros spin-offs más exitosos como «Frasier«, «Pinky & Cerebro» o «Young Sheldon» pero es una realidad: el común denominador de los programas derivados es la cancelación al cabo de un par de temporadas.

Better Call Saul no solo perduró por más tiempo que su predecesora, sino que se ganó un lugar exclusivo en el salón de la fama televisiva, y regaló momentos inmortales a los espectadores. Todo ello gracias a la construcción de personajes reales con relaciones orgánicas.

El fenómeno Nacho Varga

Lo que nos hace llegar a la jiribilla de este post: Nacho Varga, interpretado por Michael Mando.

Es increíble cómo un desarrollo humano es capaz de hacernos empatizar con personajes que definitivamente deberíamos repudiar. Nacho Varga es un criminal a todas luces. Es despiadado y sinvergüenza, pero igualmente nos sentimos mal por él.

Un camino de malas decisiones y el haberse rodeado de las personas equivocadas llevaron a Nacho a la senda del mal, y tras conocer sus motivaciones, la relación con su papá, y ver la desesperación con la que le gustaría estar en otra parte pero no sabe hacer nada más, millones de televidentes comenzamos a gestar un cariño hacia el personaje que desafía toda lógica.

Nacho Varga aparece en 40 de los 60 episodios de la serie, y aunque su papel exige actuaciones breves, el camino del personaje es el más completo, cuidado, meditado, y mejor desarrollado que hemos visto para un simple «secundario».

Sobre finales

Spoiler alert: a partir de aquí, si no has visto los primeros dos capítulos de la sexta temporada de la serie, es recomendable que no sigas leyendo.

Todos sabíamos que Ignacio no aparecía en Breaking Bad, por lo que tenía que «salirse» del negocio de una u otra manera. Y aunque su final no toma por sorpresa a muchos pues se trabaja durante todo un episodio, es una sensación que jamás experimentamos, y quizá pase mucho tiempo antes de repetirse.

La ruina, la perdición total, la derrota. El camino al inevitable final. La redención frustrada, la ruptura de cadenas. Better Call Saul no se guardó nada, y nos mostró hasta el último segundo de Nacho, a sabiendas de lo que significaba para el público. Un desenlace tan agrio no se puede comparar siquiera con otros de la franquicia; la frustración es solo comparable con la impotencia.

Pero conocíamos el resultado final de antemano, aún si nos gustaba negarlo, y es lo que hace el viaje del personaje tan valioso. No es la historia en sí misma lo que nos atrapa, sino el cómo es contada.

Nacho nos mostró una complejidad superior, nos enseñó que no todo el mal es puro y cómo las circunstancias asfixian a algunos. Nos retrató un círculo del anti-héroe sin miramientos; sin una total enmienda de sus crímenes o una escapada de último minuto para satisfacer a unos cuantos. Plasmó desalmadamente la realidad, tan emocional como verdaderamente es.

La experimentación que permitió no la veremos en el cine para las masas, porque simplemente nadie desea ver algo tan funesto. Queremos que nos hagan reflexionar, pero si nos gustara sufrimiento, nos quedaríamos en nuestra realidad.

¿Recuerdan casi al final de The Office, cuando parecía que cierta pareja iba a separarse y el mundo entero se levantó en arm4s para recriminar a los escritores, que dieron un paso atrás y re-grabaron fragmentos de última hora? Eso resume a la perfección mi punto.
Cuando un personaje entabla una relación estrecha con el público, se parcha la trama por aquí o por allá para dar gusto a todos, y si había algo que contar, se olvidan de ello.

Pero no aquí, y no con Nacho Varga.

No solo de pan vive el hombre

Dicen que una serie es tan buena como sus secundarios, y en definitiva Lalo Salamanca, Nacho y Kim Wexler son recursos excelentes para Better Call Saul, y son ORIGINALES.
Al resto de personajes ya los conocíamos, y aunque se agradece haberlos explorado a profundidad, el trabajo en los nuevos es espectacular, sin dejar de lado las brutales actuaciones de cada uno, por supuesto, porque todos tienen al menos un momento puntual en el que simplemente hicieron el papel de sus vidas:

Kim Wexler cuando discute con Howard.
Lalo Salamanca cuando visita a Jimmy y Kim.
Nacho cuando encara a Héctor y los hermanos Salamanca.

La fuerza, el desempeño actoral, la resolución argumental, todo vuelve esas escenas un deleite sin igual.

El misterio detrás de cada uno (siendo que sabemos que no formarán parte de la trama en el futuro), los hace infinitamente más interesantes. El apoyo que brindan en el camino de Jimmy es invaluable, y la serie no sería lo mismo sin ellos.

Una vez más: en algún lugar, algún día, el desarrollo de estos personajes será estudiado como guía a seguir, en búsqueda de un trasfondo y apoyo sólido para las historias.

Esperemos que no por complacer al fandom, acaben re-visitando a alguno de ellos y le hagan spin-off de origen innecesario, porque si bien hubo detalles que no se contaron con ahínco, también la ambigüedad juega un papel importante en la psicología de cada uno, y deja la puerta entre abierta a la especulación.

Better Call Saul está por terminar, y con ella el camino de personajes que pasarán a la historia. No nos queda más que esperar y cruzar los dedos, aunque estoy seguro de que no decepcionarán a nadie.

Nacho Varga y el arte de hacer personajes secundarios (Better Call Saul)

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