Yo, robot – Isaac Asimov (Reseña/Opinión) ¿El libro que inspiró la película?

Re-visitamos uno de los clásico de Isaac Asimov: «Yo, robot«. Una reseña sobre el material original que «inspiró» la película.

La vastedad del universo robótico de Asimov es únicamente equiparable a su imaginación, y los conceptos introducidos en sus obras hace tantos años nunca dejan de sorprendernos. Hoy vamos a desmenuzar uno de sus libros más «conocidos»: Yo, robot; con una adaptación cinematográfica de «inspiración libre», pero sin un  parecido realmente sustancial más allá de los cimientos y «las tres leyes«.

Si pasas por aquí para saber si debes o no leer la obra antes de ver la película, de buenas a primeras te digo que no, a menos que seas un purista empedernido o fanático de Asimov. Yo, robot es una recopilación de cinco cuentos y cuatro novelas cortas ambientadas en una misma realidad, pero los personajes aquí mostrados apenas tienen el mismo nombre y características superficiales que sus retratos en pantalla.

No obstante, los principios establecidos por las primordiales obras del autor son piedra angular en la literatura y títulos audiovisuales contemporáneos, y lo que ahora podría parecer una verdad inamovible, para su momento fue genial innovación.

Mitad enfoque, mitad misceláneo

El argumento principal de este libro -si es que tiene alguno- se desarrolla a través de Susan Calvin, una experta en robótica que enfrentará diversos problemas suscitados en las complejas herramientas humanoides de U.S. Robots and Mechanical Men, mismas que se rigen por las tres leyes de la robótica definidas por Asimov, y que forman parte de nuestra concepción general de Inteligencia Artificial.

Si bien todas y cada una de las historias tienen algo que contar, hay algunas que destacan más que otras, como pasa en todos los recopilatorios. Los eventos que vemos aquí, se presume, ocurren en el mismo universo aunque el tiempo sea impreciso, y la obra del autor en general tiende a ello.
Las historias no están conectadas directamente (aunque hay excepciones), ni tienen repercusión manifiesta entre ellas, pero no podemos concebir una sin la otra, porque la compañía responsable de los mecanoides es la misma y la manera en que estos piensan también.

Casi no existe continuidad, pero podemos asumir que todo lo que vimos antes tuvo lugar. Después de todo es como en nuestra realidad: nuestro día a día no se ve alterado por la llegada del hombre a la luna, pero en definitiva, cualquiera que sea el ángulo, todos los habitantes del planeta son antecedidos por ello.

Dicho lo anterior, la mitad de las sub-tramas del libro tienen referencias directas al «argumento principal«, mientras que las demás pueden ser disfrutadas como entes aislados, puesto que el trabajo detrás de ellas es óptimo.

No es de los títulos más ambiciosos del autor

Quizá el volumen se compuso al «dedazo» sin importar la relación entre historias, quizá el autor las agrupó concienzudamente, o quizá tienen una misteriosa relación proverbial que no somos capaces de comprender; como sea, Yo, robot se siente un tanto accidentado. No es que te vayas a aburrir o la pases mal, y tampoco es que cada sección no valga la pena, pero definitivamente recomendaría más Nueve Futuros con «La última pregunta«, o cualquier compilado que contenga el cuento «Una estatua para papá» por ser uno de los más anecdóticos.

Aunque el lenguaje en general y las descripciones son acertadas, estando a la altura de Asimov, son pocos los relatos que se quedarán en tu memoria (puntualmente los primeros), y si lo que buscas es experimentar el futurismo al cien por ciento, sería mejor entrar de lleno con «La Fundación» o alguno de sus preludios como base.

Definitivamente es un número de valor superlativo. Vas a divertirte y seguramente acabes reflexionando por algunas horas, pero dado que carece de ángulo, no podría recomendarlo si tu tiempo es muy limitado o no piensas leer mucho más.

Grandes ideas y cavilaciones

«Yo, robot», si bien no presenta una premisa definida ni busca comerse el mundo a puños, es una obra a considerar para un versado de la ciencia ficción. No es tan breve como debería (unas cinco horas según How Long to Read), y la mitad de los relatos son casi saltables, pero podemos apreciar las bases de la robótica y abordar la adaptación cinematográfica de una manera parcialmente distinta.

Las ideas de Asimov siempre van a ser fantásticas, y el simple hecho de conocer a los pioneros del mundo que tanto disfrutamos, nos llenará de dicha indudablemente.

Yo, robot (Reseña/Opinión) ¿El libro inspiró la película?

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