The Turing Test (Reseña/Opinión) Para romper cabezas

Un breve repaso al videojuego The Turing Test, el extenso puzzle con reflexiones sobre Inteligencia Artificial de 2017.

Continuamos re-visitando el género de rompecabezas este mes. En esta ocasión hablaremos de la propuesta de Square Enix, que trató de aderezar escenarios desafiantes con un poco más de argumento que nos invita a la reflexión.

The Turing Test es un concepto de 1950 en el que, en resumidas cuentas, se pone a prueba a una computadora o entidad artificialmente «pensante» contra el juicio de un humano de edad variable. Si la Inteligencia logra que su contraparte afirme que estuvo «conversando» con otro humano, la prueba es exitosa, y si no, simplemente falta afinar detalles.

El intercambio de información puede ser a través de una dinámica lúdica o con palabras, pero sea como sea la idea general prevalece. Sabiendo esto y poco más, el juego se torna verdaderamente interesante.

Pero tampoco hay que preocuparse, pues «El test de Turing», «La habitación china» y otras premisas, son explicadas con ahínco por T.O.M., la IA que nos acompaña durante nuestro ajetreado viaje.

Cuando te tomas el tiempo…

Y se agradece de sobremanera.
Un juego de puzzles normalmente tiene altibajos rítmicos; a veces la pasarás genial mientras resuelves los acertijos y otras acabarás por poner algo de música para entretener el otro 50% de tu atención. The Turing Test sabe esto, y aunque bien podrías ignorar todo diálogo y tratar de llegar a la solución, si prestas un poco de atención las declaraciones y nociones presentadas por T.O.M. te dejarán un rato pensando.

Así mismo, la protagonista tiende a replicar de manera inteligente -y no superficial como sucede en otros títulos-. Tendrá casi siempre dudas razonables y que pueden, de hecho, ser las mismas que tienes en ese momento.

Desafíos crecientes con una sola dinámica

Ya hablamos de cómo Portal introdujo una docena de «herramientas» en sus rompecabezas; palancas, botones, cajas, torretas, cámaras y por supuesto portales. Pero The Turing Test no tiene que ir mucho más allá de unas simples bolitas luminosas de energía. Con este recurso podrás resolver todos los escenarios más temprano que tarde, y hace la experiencia mucho más meditada y precisa.

En otras palabras, todos los objetos en el lugar tienen dos estados: acción o inacción, y cada uno puede ser activado por las bolitas de luz que cargas en tu «arma».

Es grandioso porque es muy simple.

Con puertas corredizas, ventanas, platos giratorios, cajas receptoras de energía y algunos artilugios más, el juego se enfoca más en tu relación con el entorno y lógica terrenal que en saber cuándo disparar con precisión.

Extenso, emocionante e innovador

The Turing Test puede durar al rededor de seis horas, dependiendo cuánto demores en cada nivel. Y dado que jamás se vuelve irresoluble, te recomiendo intentar todo por tu cuenta sin tutoriales. Quizá más de tres horas es un poco desgastante, pero la variedad y el argumento que se desarrolla en segundo plano lo hacen todo muy llevadero, y seguramente cuando lo termines vas a desear que durara más, aún si en su pleno desarrollo te pareció abrumador.

El trabajo de «personajes» (si es que podemos usar esta palabra) es excelente dadas las circunstancias. La ambientación es maravillosa y en sí contiene una historia muy interesante. Así que si te gusta este género es muy recomendable que te des una vuelta, aunque tampoco lo consideraría imprescindible.

Si lo encuentras en Game Pass, no lo dudes.

The Turing Test (Reseña/Opinión) Para romper cabezas

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