¿El Pollo Ortíz y Marion Reimers son realmente tan malos? | Champions League por HBO Max

La incansable lucha del streaming tiene a las plataformas dando el todo por el todo, y aunque hay ocasiones en que nos regalan productos originales que no pueden valer menos la pena, hay otras donde sus propuestas representan un beneficio tangible para el consumidor, y tal es el caso de HBO Max latinoamérica.

Con su cobertura total de la UEFA Champions League, HBO Max no solo consiguió una ventaja diferenciadora con respecto a sus contrapartes, sino que apoyó también al crecimiento de TNT Sports, cadena que entrega la transmisión y se encarga de propia logística de manera independiente.

La oferta es excelente: por solo 70 pesos al mes (más o menos) tienes acceso al contenido de HBO, Warner, y todo el fútbol europeo que puedas desear. Pero lo que para algunos (el presente autor incluido) representa un gran aporte, para otros se ha convertido, con el tiempo, en una tortura.

TNT Sports contrató a Raoul el «Pollo» Ortíz y Marion Reimers

Hay quien dice que con la competencia de la UEFA ya en puerta, la cadena TNT se apresuró a configurar al equipo de cronistas, y decidió invertir casi todo el capital disponible en material de trabajo, espacios, exclusivas y el acuerdo con HBO, dejando así las arcas vacías para optar por comentaristas más experimentados o mediáticos.

Eso no lo sabemos con certeza, y probablemente tampoco sea completamente real, puesto que si bien el Pollo y Marion no han trabajado los años que Burak y Toño de Valdés, tampoco son Juanito y Zutanito recién salidos del taller de narración deportiva de Vox Academy.

Pero sí hay una verdad a todas luces: el público no los quiere.

Cada partido de Champions League se ha convertido en un caldo de cultivo para memes y amenazas hacia estos dos. Puedes actualizar la búsqueda de sus nombres en Twitter y literalmente CADA MINUTO habrá unos veinte tweets o más, quejándose de cómo hacen su trabajo. Uno que otro solidario asoma su cabeza cada tanto, como Pietrasanta, y acaba por ser destrozado con comentarios que de «¿Qué partido viste?» o «¿Estás sordo?» no van a bajar.

¿Son realmente tan malos?

Si has tenido el gusto de ver un partido de Champions dirigido por Pollo y Marion, tu respuesta en automático seguramente fue un rotundo sí. Pero si dedicamos un pequeño análisis con la cabeza fría, estoy seguro que no seremos tan tajantes.

El Pollo, en su papel de cronista principal, tiene suficiente inteligencia y habilidad con las palabras para nunca dejar un segundo de silencio incómodo, tiene conocimientos sobresalientes del deporte, una voz clara y al menos cordial, cuenta con la experiencia para no abrumar al espectador ni aburrirlo, y puede analizar correctamente los partidos al segundo.

Marion Reimers desempeña el rol de segunda voz con datos «pertinentes» y comentarios sagaces de los sucesos relevantes en el juego. Hay quien señala que se nota cómo está leyendo o que no se sabe los nombres de nadie, pero creo que esta aseveración puede ser exagerada. Habla con soltura y siempre tiene algo acorde qué decir.

Fallas de origen por culpa de Infobae.

El problema de ambos

Hasta aquí todo bien, la cuestión es cuando cualquiera de los dos quiere ir más allá.
En un mundo plagado de gente capacitada para hacer lo antes mencionado, cualquier comentarista debe empeñarse en desarrollar un estilo propio que lo ayude a trascender y eventualmente hacerse de la «fama» para destacar.

Están:

  • Los hipermetódicos formales como Toño de Valdés, que se mantienen siempre ecuánimes y analíticos.
  • Los que siempre llevan la contra, como David Faitelson, que basan su participación en echar abajo la de los demás.
  • Los más humanos, a «nivel de cancha» metafórico, como Oswaldo Sánchez o el «Quiquín» Fonseca, que tienen un análisis más orientado a lo emocional.
  • Los que se la pasan insultando y amenazando, como André Marín, que siempre que lo sintonizas está gritando y ofendiendo a sus compañeros y demeritando sus opiniones.
  • Los chitochitos (graciosos), como Martinoli y por simbiosis el Doctor García, que sacan risas hasta en los partidos infumables.

Tanto Marion como el Pollo Ortíz buscan crear una identidad por la fuerza en este último grupo, por medio de chistes pre-fabricados que esperan soltar de vez en cuando aunque la situación no lo amerite, y con una pésima química entre ellos que nos hace pensar a veces que incluso se ponen el pie para que le salga lo peor posible al otro.

El humor DEBE ser circunstancial. Solo expertos como los Standuperos son capaces de crear una situación ficticia y hacer reír a algunos, y eso construyendo el chiste durante varios minutos. Si Martinoli y el Doctor García han tenido el éxito reciente, es porque tienen mentes al menos un poco ágiles, capaces de idear comentarios chuscos cuando una situación se presenta.

Si solo estás soltando chistesitos de vez en cuando, acabarás siendo el payaso que nadie quiere escuchar. Si cada partido el Doctor gritara como energúmeno «te llamabas Martha«, aquel remate cuando se metió el espontáneo ya se habría gastado y todos estaríamos hartos. Si en lugar de sacarle provecho a la ocasión cuando se metió un tlacuache al campo, Martinoli optara por algo como «no, no, imagínense que se mete un tlacuache», pues a nadie le haría gracia y estaríamos preocupados por su salud mental.

¿»La broma es para disfrute del bromista»?

Algunos ejemplos de las bromas entre Pollo y Marion son:

*Modric hace una asistencia espectacular*

-¿Cómo lo viste, Marion?

-¡No bueno, los de los NFT’s deben estar felices!

¿Qué?

*Benzema marca un gol*

-Un gran remate el que hace el francés de manera muy cortés ¿No, Marion?

-Así es. Donde no es muy cortés es cuando se trata de asuntos con el celular de algunas personas…

-No… bueno Marion sí, pero yo hablaba del partido

Extracto REAL. Parafraseo quizá. Era una referencia a un escándalo del futbolista.

*El Pollo solo*

-Y ¿Qué creen? nos vamos a tiempos extras, así es, porque ya no hay gol de visitante, y si hubiera también ¡No importa! es la Champions… la Champions más grande del mundo, porque es la única. La Champions League.

*Silencio total*

Entre esto y comentarios sobre cómo apodar «la bestia» a Lukaku tiene connotaciones de raza, cómo tal o cuál jugador es padrino del hijo de tal otro, cómo repiten todo el rato «narrativa» y «épica» (ya fijándose sí es hasta escandaloso), o cómo Benzema tiene bigotes de gato… porque le apodan el Gato (yo qué sé), las redes sociales se acaban cada semana a ambos narradores, y no parece que vaya a mejorar próximamente.

Qué va a pasar

Parece que entre ellos no se soportan. Marion todo el tiempo quiere crear polémica extra-cancha y el Pollo no da el brazo a torcer, propiciando que en sus chistes nadie lo secunde. No tienen apoyo de compañeros por ningún lado y el público los odia al grado de crear colectas de firmas y afirmar que «ya lo pidieron por las buenas». Los meses siguen pasando y no hay cambios. La crónica a mitad del partido con Miroslava Montemayor y Majo González se lleva tan relajada y en un ambiente con tan baja tensión que solo nos hace darnos cuenta de la gran diferencia.

Seguramente esta edición de la Champions terminará tal como empezó y las quejas no serán escuchadas. Ni quitarán a nadie ni pondrán la opción de «solo sonido ambiente», pero quizá para el año siguiente, si los números le sonrieron a TNT Sports, al menos agreguen a alguien al equipo que pueda sacar a flote el bote.
Si no, harán de oídos sordos y seguirán aclamando cuántos espectadores tienen sus partidos.

Sí, muchos lo estamos viendo por su canal, pero ¿cuántos bajo protesta?

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